Las Arenas (Getxo), 23 de enero de 1923-
Médica y odontóloga, vocal de la Junta de Gobierno del Colegio de Dentistas entre 1979 y 1983.
Hija de un constructor y miembro de una familia de afamados arquitectos, realizó los estudios de bachiller en el Colegio Jakinbide, de las Mercedarias de Berriz, en Bilbao, y los tres primeros cursos de la licenciatura en la Facultad de Medicina de Santiago de Compostela, donde se alojaba en una pensión para estudiantes. Como eran muy pocas las estudiantes femeninas de Medicina, convivía con otras jóvenes bilbaínas estudiantes de Farmacia: Carmen Ibarreche, Mª Ángeles Peña y Carmen Urigüen.
Al finalizar aquel primer ciclo de asignaturas preclínicas, marchó a Madrid a estudiar Odontología, que en aquellos años era una licenciatura separada de la de Medicina, con la que compartía los tres primeros años de estudios. Una vez dentista, decidió acabar también los estudios de Medicina para no contrariar a su padre, quien quería verla médica. Durante los años de su estancia madrileña, vivió en la antigua Residencia de Estudiantes, transformada en colegio mayor.
Superada la licenciatura en Medicina el 15 de junio de 1950, y después de regresar a Bilbao, decidió dedicarse a la Odontología. Abrió su consulta en Sestao, donde sucedió al dentista Dermit que se había jubilado. Seis años más tarde la trasladó a Deusto, donde permaneció hasta su jubilación.
Pero desde el 1 de agosto de 1950 mantuvo la doble colegiación. Inscrita en el Colegio de Dentistas, figura en los anuarios del Colegio de Médicos de Bizkaia, 1956 y 1981, como colegiada n.º 1102, especialista en Odontología, con domicilio en la calle Ercilla, n.º 11.
Durante los años cincuenta y sesenta formó parte de un grupo de dentistas muy interesados en mejorar su formación. Trajeron para ello a notables especialistas de otros lugares para que impartieran su enseñanza en Bilbao, aunque en ocasiones tuvieran que pagarles de su bolsillo. Esta inquietud le llevó también a formar parte de la Junta de Gobierno del Colegio de Dentistas de Bizkaia.
Apasionada por la lectura y el cine, euskerazale, aficionada al arte de la pintura, al igual que sus hermanos arquitectos, ha vivido en Bilbao con sus hermanas Miren y Maite hasta el fallecimiento de una de ellas. Contempla con naturalidad su pasado y recalca que hubo varias mujeres que ejercieron la profesión de dentista antes que ella, si bien no eran médicas.
Y no le falta razón, pues la llegada de la mujer al mundo de los dentistas precedió en varios años a la primera médica vizcaína. Según refiere Salvador Landa en su libro «100 años del Colegio de Dentistas de Bizkaia», Juliana Carmen Oriosolo Larrapetu obtuvo el título de odontóloga en julio de 1922 y ejerció en Las Arenas (Getxo). Tras ella, ejercieron esta profesión antes de la guerra civil, las hermanas María y Concepción Rotaeche, Mª Antonia Bilbao Galarza y Mª Luisa Mínguez.
Médica y odontóloga, vocal de la Junta de Gobierno del Colegio de Dentistas entre 1979 y 1983.
Hija de un constructor y miembro de una familia de afamados arquitectos, realizó los estudios de bachiller en el Colegio Jakinbide, de las Mercedarias de Berriz, en Bilbao, y los tres primeros cursos de la licenciatura en la Facultad de Medicina de Santiago de Compostela, donde se alojaba en una pensión para estudiantes. Como eran muy pocas las estudiantes femeninas de Medicina, convivía con otras jóvenes bilbaínas estudiantes de Farmacia: Carmen Ibarreche, Mª Ángeles Peña y Carmen Urigüen.
Al finalizar aquel primer ciclo de asignaturas preclínicas, marchó a Madrid a estudiar Odontología, que en aquellos años era una licenciatura separada de la de Medicina, con la que compartía los tres primeros años de estudios. Una vez dentista, decidió acabar también los estudios de Medicina para no contrariar a su padre, quien quería verla médica. Durante los años de su estancia madrileña, vivió en la antigua Residencia de Estudiantes, transformada en colegio mayor.
Superada la licenciatura en Medicina el 15 de junio de 1950, y después de regresar a Bilbao, decidió dedicarse a la Odontología. Abrió su consulta en Sestao, donde sucedió al dentista Dermit que se había jubilado. Seis años más tarde la trasladó a Deusto, donde permaneció hasta su jubilación.
Pero desde el 1 de agosto de 1950 mantuvo la doble colegiación. Inscrita en el Colegio de Dentistas, figura en los anuarios del Colegio de Médicos de Bizkaia, 1956 y 1981, como colegiada n.º 1102, especialista en Odontología, con domicilio en la calle Ercilla, n.º 11.
Durante los años cincuenta y sesenta formó parte de un grupo de dentistas muy interesados en mejorar su formación. Trajeron para ello a notables especialistas de otros lugares para que impartieran su enseñanza en Bilbao, aunque en ocasiones tuvieran que pagarles de su bolsillo. Esta inquietud le llevó también a formar parte de la Junta de Gobierno del Colegio de Dentistas de Bizkaia.
Apasionada por la lectura y el cine, euskerazale, aficionada al arte de la pintura, al igual que sus hermanos arquitectos, ha vivido en Bilbao con sus hermanas Miren y Maite hasta el fallecimiento de una de ellas. Contempla con naturalidad su pasado y recalca que hubo varias mujeres que ejercieron la profesión de dentista antes que ella, si bien no eran médicas.
Y no le falta razón, pues la llegada de la mujer al mundo de los dentistas precedió en varios años a la primera médica vizcaína. Según refiere Salvador Landa en su libro «100 años del Colegio de Dentistas de Bizkaia», Juliana Carmen Oriosolo Larrapetu obtuvo el título de odontóloga en julio de 1922 y ejerció en Las Arenas (Getxo). Tras ella, ejercieron esta profesión antes de la guerra civil, las hermanas María y Concepción Rotaeche, Mª Antonia Bilbao Galarza y Mª Luisa Mínguez.




